Intoxicaciones alimentarias.
[dropcap style="1" size="3"]D[/dropcap]urante el verano se consumen más productos crudos, al tiempo que el calor favorece la proliferación de gérmenes en los alimentos. Por ello es preciso intensificar las medidas preventivas, ya que en esta época aumenta el riesgo de contraer toxiinfecciones alimentarias.
Desde las instituciones se recomienda a la población adoptar las pautas basadas en las Reglas de Oro para la preparación de los alimentos de la Organización Mundial de la Salud, con el fin de evitar las enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos.
Estas recomendaciones están pensadas tanto para la población general como para los establecimientos de hostelería y restauración, acostumbrados a manejar alimentos para consumo diario.
Reglas de Oro para la preparación de los alimentos:
1. Consumir alimentos que se hayan tratado o manipulado higiénicamente: Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. La leche se debe consumir previo tratamiento térmico. En los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de mayonesas, salsas y cremas. Si prepara estos alimentos en casa, deberá consumirlos inmediatamente, no aprovechar las sobras y mantener la conservación en frío. Si lava los huevos antes de utilizarlos porque éstos tienen restos de suciedad, debe hacerlo inmediatamente antes de su uso.
2. Cocinar correctamente los alimentos: Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos, pero si se cocinan bien, estos microorganismos pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70º C en el centro del producto.
3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados: Para evitar la proliferación de gérmenes, lo mejor es consumir los alimentos recién cocinados, y no dejarlos nunca a temperatura ambiente.
4. Un alimento cocinado, es un alimento higienizado: Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente tras su preparación o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor por encima de 60º C, o bajo la acción del frío, a 7º C como máximo. Si va a consumir pescado crudo o poco cocinado en casa, hágalo después de haberlo mantenido congelado durante varios días.
5. Calentar suficientemente los alimentos cocinados: Tras su preparación, puede mantener calientes hasta el momento de su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos…). Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas, gazpachos, etc.), deben ser refrigerados inmediatamente. En el caso de dejar sobras para el día siguiente habrá que recalentarlas a temperaturas próximas a 70 ºC antes de su consumo.
6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados: Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado un alimento crudo (cuchillos, tablas, platos, superficies, trapos, etc.). El trapo de cocina o la bayeta pueden ser un excelente vehículo de contaminación, por lo que es preferible usar papel de cocina.
7. Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina: La persona que manipule alimentos debe observar unas estrictas prácticas higiénicas. Es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que se las lave con frecuencia y siempre que haga uso del servicio.
Es muy importante limpiar la cocina diariamente, como mínimo. También hay que tener especial cuidado en almacenar la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que no estén cerca de los alimentos.
8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía: Los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria. Ciertos animales de compañía (perros, gatos, tortugas) albergan a menudo microbios peligrosos que pueden pasar a las manos de las personas y de éstas a los alimentos, por lo que deben permanecer fuera de las zonas de elaboración de alimentos.
9. Utilizar exclusivamente agua potable: El agua apta para el consumo humano no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Debe tener exclusivamente estos dos orígenes: aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos si no está potabilizada.
10. No consumir alimentos perecederos que estén expuesto a temperatura ambiente: En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas. Deben estar refrigerados siempre que sea preciso. Estas medidas deben ser exigidas por el consumidor, y cuando se observe que no se cumplen, los alimentos deben rechazarse.
Alimentación fresca y saludable
En esta época de tanto calor nuestro cuerpo agradecerá que tomemos comidas ligeras y refrescantes, que nos ayudarán a pasar un verano saludable, perfectamente saciados e hidratados.
No se trata de comer menos, sino de seguir una dieta diferente, ya que el número de calorías que necesitamos es menor y la hidratación mayor. Incluir en nuestra dieta por ejemplo frutas, verduras y recetas frías, en lugar de platos grasos y elaborados, nos permitirá saciar el hambre sin que nos pese, al tiempo que mantenemos nuestra piel bien nutrida e hidratada.