[dropcap style="1" size="3"]E[/dropcap]l aumento experimentado en los últimos años de enfermedades graves como el cáncer de piel en general y el melanoma en particular (que es muy agresivo), unido al aumento de patologías menores como la intolerancia o las alergias solares, es por lo que la prevención adquiere importancia fundamental entre los consejos para un verano saludable.
Los daños en la capa de ozono de la atmósfera unido a la reflexión de la luz en las partículas de contaminación apuntan a ser una de las causas por la que el sol es más agresivo.
La actividad de los rayos UVA y UVB es la responsable de un aumento de la pigmentación cutánea (piel morena); muchas veces buscada, pero que no debemos confundir con estar más sano, ni más delgado, ni tener una piel más tersa, sino que es una situación pasajera que pagamos con un gran daño para la piel.
La exposición a la luz solar intensa ataca las membranas de las células de la piel que tiene acelera el envejecimiento cutáneo, ataca la inmunidad, y propicia la aparición de tumores benignos e incluso malignos como el melanoma. Este daño es acumulativo (la piel tiene memoria) por lo que es muy importante estar fotoprotegido desde los primeros años de vida.
Así pues, los fotoprotectores no deben considerarse como un producto cosmético sino como un elemento necesario para retrasar el envejecimiento y las manchas cutáneas, y para prevenir las intolerancias, quemaduras e intoxicaciones solares.
Estos fotoprotectores deben de evitar el eritema (piel enrojecida) y el daño celular (PFS mayor de 30) y así debe constar en el envase.
Consejos para una buena protección solar:
- El fotoprotector se debe aplicar 20 minutos antes de la exposición al sol y debe renovarse cada 3-4 horas en toda la superficie corporal expuesta.
- Hay que evitar las horas de mayor intensidad solar (horas de sombra corta), es decir, de 11 a 16 horas. Cuanto más larga es nuestra sombra, menor es el daño solar.
- Cuanto más clara es la piel, más alto de ser el factor de protección y más veces debemos aplicarlo.
- Las personas con medicación, que padezcan enfermedades y las personas mayores tienen más sensibilidad al daño solar, por lo que se deben proteger mejor.
- Una piel deshidratada es una piel más sensible al daño solar, por lo que se recomienda estar bien hidratado cuando estemos al sol.
- La protección debe ser extrema en las cicatrices y áreas de piel dañadas.
- No olvidarse de proteger los labios y los dedos de pies y manos.
- Las gafas de sol con factor de protección son importantes para prevenir el daño ocular (cataratas y retinopatías), especialmente en los ojos claros y esta protección se recomienda desde la infancia.
- Las ropas de color oscuro protegen más del daño solar que las de colores claros o blancas (salvo que estén adecuadamente tratadas).
- Se recomienda la ingesta de alimentos ricos en betacarotenos (frutas y verduras de color naranja o rojo) así como en vitamina C (frutas).
La importancia de utilizar gafas de sol
Es altamente recomendable utilizar gafas de sol adecuadas para reducir la radiación de luz visible directa, que impiden el paso de la peligrosa radiación ultravioleta (UV), eliminan reflejos molestos y aumentan el contraste. La utilización de gorras o viseras refuerza la acción protectora de las gafas.
Se advierte asimismo que utilizar gafas de mala calidad es más perjudicial que no llevar nada ante los ojos. Las gafas de sol protegen nuestros ojos de daños que pueden llegar a ser realmente graves, por lo que son mucho más que un complemento de moda.
Esta recomendación es particularmente importante para los niños. El cristalino es casi transparente hasta los 10 ó 12 años, por lo que sus ojos absorben toda la radiación. Es de vital importancia no comprarles gafas de sol de juguete o que no cumplan estrictamente la normativa europea establecida.
Antes de comprar cualquier gafa de sol debemos comprobar que esté marcada con el sello de la Comunidad Europea (CE) y que en la etiqueta figure la clase a la que pertenece o la categoría de su filtro.
Los rayos UV provocan en exposiciones prolongadas un aumento de las patologías visuales: fotofobia, queratitis, conjuntivitis y lesiones sobre el cristalino provocando las cataratas, por ello la calidad del filtro solar de la lente que usemos se vuelve esencial.
Categorías de filtro solar:
- 0 0 a 20% Días de poca luminosidad, nublados
- 1 20 a 57% Días de luminosidad media
- 2 57 a 82% Días soleados de final de otoño, invierno y principio de primavera
- 3 82 a 92% Días muy soleados, actividades al aire libre – es la más habitual
- 4 92 a 97% Nieve, altitudes superiores a 3.000 metros – no apto para conducción
No nos dejemos engañar por el color de las lentes. Algunas lentes blancas filtran el 100% de la radiación UV, mientras que otras muy oscuras en realidad no filtran correctamente la luz UVA aunque sí la visible, favoreciendo una mayor dilatación pupilar y, como consecuencia, un incremento de la radiación UVA que recibe el ojo. Lo verdaderamente importantes es la categoría del filtro.